Por P.
Las lecturas para el verano suelen ser, por lo menos en mi caso, las más importantes del año. De hecho, yo me hice lector -lamentablemente en forma tardía- en un verano, y por casualidad.
Me iba a la playa por unos días y para impresionar a las chicas, compré un libro de Kafka, una edición de Andres Bello, con la Metamorfosis, El Castillo y El Proceso. Al único que impresioné fue a mí mismo, recuerdo que volví deprimido de mis vacaciones, sin poder salir de ese mundo kafkiano.
De más está decir que ese verano terminé más solo que Hitler en el día del amigo, en Israel.
Pero bueno, ese es tema para otro post. Decía que las lecturas de vacaciones son las más importantes del año para mí, y creo que es porque leo de manera más sistemática y menos fragmentaria. Leo mucho mejor. Sin apuros, sin voracidad, aunque por momentos soy una máquina de leer en vacaciones.