Por P.
Después de sentirme un contrabandista, y de convencer con mis dotes de pésimo vendedor a la gente de la librería Libros de la Arena para que acepten nuestros libros, estoy en condiciones de afirmar que…. ¡hemos empezado a copar el mercado uruguayo! Evidentemente, no es la distribución soñada y que queremos, pero hasta que terminemos de arreglar la distribución en nuestro hermano país, es un orgullo saber que nuestros títulos están por lo menos en una librería de Uruguay.
Como dije en un post anterior, soy amigo de la gente de la librería, por lo que en realidad no fue dificil que acepten nuestros libros. Lo que no fue tan fácil fue pasar los libros por la aduana. Resulta que yo cargué los libros en una caja sin siquiera pensar que estaba llevando algo prohibido y cuando estaba pasando la frontera, un señor, con cara de muy pocos amigos y que sujetaba tres perros que olfateaban todo lo que pasaba a sus alrededores, me preguntó qué tenía en la caja. Yo le dije que eran libros, y que si quería que la abra. ¡Y aceptó mi convite! No debe haber sido justamente la prolijidad la causa por la que lo aceptaron para trabajar en la aduana supongo, ya que luego de tres segundos la ex caja era justamente eso.