Por P.Z.
La semana pasada seleccioné libros que, salvo el de Caicedo, ya había leído. Esta vez me desafiaron a preparar una lista de aquellos que no leí, pero que debería. Confieso que hice trampa por duplicado: primero, me pasé por 90 centavos y segundo, me ayudó Miguel con todas mis dudas (me aproveché de la buena disposición y conocimiento del librero más experimentado).
Carta al padre, de Franz Kafka
La carta que Kafka le envió a su padre, traducida y prologada por Carlos Correas. Leo la primera página del prólogo y descubro que Oscar Masotta reprodujo el desencuentro kafkiano: «De este anacronismo -escribe Correas- conozco un quizás último eco: la ingenua -aunque no sin alevosidad- porfía con que Oscar Masotta, en 1953 o en 1954, le daba a su padre, empleado bancario, la Carta al padre de Kafka. Era un hijo que intentaba entenderse con su padre a través de la corrpondencia de otro hijo con otro padre. Claro, el entendimiento buscado (soñado) por Oscar era que su padre gozosamente lo mantuviera para que él gozosamente cumpliera su obra. Es sabido (o casi) que el padre de Kafka no leyó la carta, entiendo que el padre de Oscar Masotta no pasó de las primeras dos líneas y dejó el texto para seguir aún más exacerbado contra el hijo. (Editorial Leviatán, 111 págs, $21.-)
Manera de una psique sin cuerpo, de Macedonio Fernández
La semana pasada recomendábamos Requena, novela de Alejandro García Schnetzer en la que un narrador en primera persona (Borges) pintaba una figura central como alter ego de Macedonio Fernández. Miguel me propuso seguir la línea, pero ahora sí con el propio Macedonio. Manera de una psique sin cuerpo incluye relatos, poesía y metafísica. (Editorial Tusquets, 174 págs, $28.-)
Los fabuladores, de Saki
Leí varios cuentos de Saki en el secundario. Mucho humor, mucha picardía. Recuerdo una tan inverosímil que contaba la desgraciada historia de una niña que se portaba tan bien que terminó comiéndosela un tirgre. Le había perdido el rastro a Saki y ahora me encontré con este librito, que antes de abrirlo ya sé que voy a disfrutarlo. (Alfaguara, 110 págs, $19.90.-)
Derrumbe, de Daniel Guebel
Por supuesto que a Guebel lo conozco por haber leído, entre otras cosas, Los padres de Sherezade. Siempre sentí curiosidad por Derrumbe, desde la contratapa dice que es «un conmovedor descenso al infierno, un perfecto ejemplo de cómo deben comunicarse las experiencias y los sentimientos». (Mondadori, 188 págs, $32.-)
Si está el de Macedonio en la librería guárdenme un ejemplar por favor, el fin de semana lo paso a buscar, creí que ese libro estaba agotado.
Excelente conjunto, el de Saki es muy barato, seguro que me lo termino llevando también.
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