Pablo Gianera reseña para ADN Cultura Los Padres de Sherezade:
«Apenas abierto Los padres de Sherezade, se descubre, con algo de perplejidad, que Daniel Guebel dedica el libro a su madre y a su hermana, «contadoras de historias». Tal vez esa dedicatoria propicie algunos malentendidos que suelen circular en la literatura argentina. Para despejar cualquier confusión eventual, habría que empezar diciendo que este libro no participa en absoluto de ciertas corrientes vitalistas que imaginan la mera experiencia como asunto para una ficción. Si hay en Los padres… una experiencia traducida en ficción, es la experiencia de la lectura, tan legítima y densa como la de los viajes, la política o el sexo, temas todos que aparecen en el libro pero filtrados, como en el cuento que da título al volumen, por lecturas y más lecturas. Escribir consiste, antes que nada, en leer. A Guebel lo apasiona esa manera patológica en la que un libro enloquece a otros libros, cuyos ejemplos más eminentes serían el Quijote , Bouvard y Pécuchet , de Gustave Flaubert, y la obra entera de Borges.»
Un ejercicio interesante es intentar considerar a quién escribe -o también: qué lee- cada reseñador. Leáse esta reseña y luego las de Tomas, Terranova, Vecino, Bogado: cada opinión parecería provenir y apuntar a diferentes concepciones de literatura.
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