Esta semana, la “recomendación de amigo” es de Marcos Bertorello, autor del flamante Porno:
Entre la lectura de un libro y el recuerdo de la lectura de un libro hay una distancia que es inconmensurable: el acto de leer un libro no deja de ser un encuentro singular, irrepetible, algo que sucede un poco por azar, como el encuentro amoroso. Por eso, cuando alguien me pide que le recomiende un libro, no sé bien qué es lo que recomiendo: si mi recuerdo del libro o el libro mismo.
Hoy quisiera recomendar un libro que para mí sigue presente de un modo especial: Crystal Express de Bruce Sterling. Sterling es lo que se llama un autor de género – que es un modo elegante de denigrar a un autor. Pero además es un autor de un género que siempre se resistió a la canonización de la academia: Sterling es un autor de Ciencia Ficción. Sterling participó de uno de los últimos movimientos que se gestaron en el seno mismo de la ciencia ficción, el cyberpunk. Hay otro autor y una novela que inventaron el cyberpunk. El autor fue William Gibson, la novela, Neuroamante. Los principios estéticos o políticos que dicho movimiento propulsaron, ya no importan. No porque no tengan relevancia, sino porque -como casi todos los movimientos dentro de la ciencia ficción- envejecieron de un modo rápido y estrepitoso. Es decir, la prueba irrefutable para determinar si un autor de ciencia ficción es un autor literario o un simple futurólogo más o menos sagaz, es ver qué pasa con sus libros cuando muchos de sus inventos ya están al alcance de todos. Esta es la distancia que hay entre un visionario (es decir, un poeta: alguien que logra ver por entre los agujeros del lenguaje) y un mero aficionado a las predicciones. Con Bruce Sterling – al menos cuando lo leí por primera vez, no sé bien cuando, creo que para 1998- pasa lo primero (o al menos, hoy tengo ese recuerdo). Los relatos de este volumen son relatos que crean universos imposibles, no probables. A nuestro autor no le interesa saber qué va a pasar en el futuro, ni tratar de entender cómo la tecnología puede afectar nuestra vida cotidiana, ni mucho menos conjeturar posibles organizaciones humanas, no. A nuestro autor le interesa la literatura. Quiero decir: concebir imágenes, enlazarlas en una historia, y dejarlas en suspenso, como a la espera de que alguien, nosotros, lectores, les supongamos múltiples sentidos.
hola chicos, los sigo siempre, me encanta lo que hacen, y la librería es bellísima!!!, soy del interior y con mi marido tenemos una pequeña librería, la cual siempre tratamos de darle un toque especial. muchos saludos
hola marcos quiero conseguir el libro
hola marcos ,ya lei el libro no me gusto soy tu paciente de lugano me angustio mucho su libro