Martes 14/04/09
Entrevista: Patricio Zunini
Desgrabación: P.Z.
[Segunda parte, leer la primera parte]
Encontré dos influencias muy marcadas en sus libros: Oesterheld y Moby Dick. Oesterheld aparece, por ejemplo, en El ejército de ceniza, una frase que incluso repite en Timote: “¿quién dijo que despiojarse es una aventura?”. Y Moby Dick desde “Pongamos que me llamo Ismael” como se presenta Ismael Navarro en Ni el tiro del final, hasta en la lectura que hace Ana en El cadáver imposible. Si uno piensa en eso y Firmenich en Timote no lee ni a Oesterheld ni a Moby Dick, obliga a un filósofo a cargarse un policía, y cuando discute con Aramburu, Aramburu lo da vuelta todo el tiempo. ¡Cómo lo detesta a Firmenich!
Sí, absolutamente. Lo detesté desde joven. Muy tempranamente. Yo nunca estuve en Montoneros pero fui profesor de la JUP, y ya era profesor de la facultad. En el ’73 ya tenía 30 años, o sea no era tan joven. Me enteraba de cosas, me enteraba de Manolito. A Firmenich le decían “Manolito”, otros le decían “Maderita”. No daban un mango por la conducción de Firmenich, pero Firmenich tenía la habilidad de no hacerse ver mucho. Y yo pienso que Montoneros hubiera actuado de un modo más sensato, no es más que una conjetura, de no haber muerto Fernando Abal Medina, que era quizá una especie de Castelli, de Roberspierre, de Saint-Just. Era un jacobino, digamos, pero mucho más inteligente que Firmenich.