Dibujar, un hobby desparramado en los diarios, anotadores, cartas y libros de algunos escritores. Plath, Saint-Exupéry, Kafka, Tolkien, Dostoievski, Faulkner y más: una pequeña galería.
Por Valeria Tentoni.
Sylvia Plath
«Me da tal sensación de paz dibujar…», escribió la poeta estadounidense en una carta a Ted Hughes. Los bocetos a pluma y tinta, hechos «con gran y amoroso detalle», pueden encontrarse en la edición de Nórdica (en este booktrailer hay una preciosa galería de algunos de ellos). Los dos hijos de la autora de La campana de cristal recibieron por mitades estos dibujos inéditos, que fueran guardados, hasta su muerte, por Hughes. Frieda explica que su hermano le pidió los guardara todos hasta que pudieran organizar una exposición, pero después él, como su mamá, también se suicidó. Recién en 2011, en Londres, fueron revelados. Plath había estudiado arte desde chica y tomó clases privadas en su adolescencia.
Una página del manuscrito de Crimen y castigo
Fiódor Dostoievski
La investigadora Konstantin Barsht, quien compiló el libro Dostoevski: el dibujo como escritura, refirió: “Nuestra representación del proceso creativo del escritor se vería distorsionada si no tomásemos en cuenta todos los aspectos de sus notas, incluyendo sus expresiones gráficas”. Aparentemente, Dostoievski primero dibujaba las cabezas de sus personajes y luego se esforzaba por describirlas con palabras acercándose a esos modelos, y no a la inversa. Hay retratos de hombres, mujeres y chicos, bocetos arquitectónicos (en su mayoría, arcos y ventanas góticas) y ensayos caligráficos –arabescos, subrayados, notas al pie y en el margen, lo que Barsht reúne bajo el conjunto de su «ideografía». Los dibujos que el autor de Crimen y castigo hacía en sus manuscritos se exhibieron en el Harriman Institute de la Universidad de Columbia.
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William Faulkner
El autor de El ruido y la furia se ganó la vida, entre 1916 y 1925, vendiendo dibujos para la revista Ole Miss de la Universidad de Mississippi, donde estudiaba literatura, y también para su publicación de humor, El grito. Al editor le gustaban más sus dibujos que sus poemas. En 2013 se subastaron en Nueva York algunos de sus bocetos por más de dos millones de dólares.
Roberto Bolaño
En la exposición itinerante «Archivo Bolaño», además de encontrarnos con sus anteojos, su correspondencia, libros, una carta a su editor, Jorge Herralde, disculpándose por no haber terminado todavía con Los detectives salvajes, recortes de noticias, borradores de sus discursos, fotografías y demás papeles, están sus cuadernos y libretas. Ahí, borradores de novelas, ideas y poemas en una letra manuscrita que cualquier señorita felicitaría con un muy bien diez, apretada con tinta azul sobre las hojas. Y, de repente, dibujos, acá y allá. Una mujer que se recoge el pelo y tira de él hacia atrás mientras su corazón brilla, mapas, caras, manos y títulos con gruesas tipografías para las anotaciones de la estrella distante.
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J.R.R. Tolkien
Para celebrar los 75 años de la publicación de El Hobbit, se editó un libro donde se publican más de 100 dibujos, acuarelas, borradores, croquis e ilustraciones que J.R.R. Tolkien realizó mientras lo escribía; algunos de ellos salieron en la primera edición del clásico, que incluía láminas en blanco y negro, escenas a color y dos mapas. Acá hay una galería que publicó The Guardian. Hay otro libro, Tolkien, artista e ilustrador, en el que se suman los dibujos que hizo para sus hijos y algunos ensayos tipográficos.
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Franz Kafka
«K se sintió atraído por el trabajo del pintor más de lo que hubiese querido», cuando su visita al Pintor Titorello interrumpe, justamente, su dibujo de la justicia en El proceso. Y le termina vendiendo varios cuadros de prepo. «Hay personas que les tienen cierta aversión, porque son melancólicos; otros, sin embargo, entre los que usted se cuenta, aman precisamente esa melancolía», le dice mientras los saca de debajo de su cama. Según indicó el holandés Niels Bokhove, especialista en la obra de Kafka, en esta entrevista: «Su interés por las artes visuales fue muy temprano, y surgió al contemplar en el escaparate de una tienda dos cuadros que le resultaron fascinantes. En uno aparecía una pareja, un hombre y una mujer, a punto de suicidarse juntos; en el otro, unos cazadores sorprendidos por un jabalí. Kafka recordó estos dos cuadros durante toda su vida». Hay una edición exquisita de los dibujos de Kafka que salió por Sexto Piso de la que puede verse un avance aquí.
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Antoine de Saint-Exupéry
El aviador, autor de El principito, se encargó de realizar las ilustraciones para su propio libro. Los originales de esas acuarelas se encuentran en la Morgan Library de Nueva York, y algunos están manchados con café o tienen quemaduras de cigarrillo. Antes de convertirse en piloto, y después de ser rechazado en el ingreso de la Escuela Naval, Saint-Exupéry estudió Arquitectura en la Escuela de Bellas Artes de París. Aun así, como el aviador ante El Principito cuando le pide un cordero, se quejaba de no saber dibujar del todo bien.
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Dino Buzatti
El escritor italiano además era periodista, tocaba el violín, el piano, practicaba montañismo , fue escenógrafo, pintor y dibujaba. Como Saint-Exupéry, ilustró su libro infantil La famosa invasión de Sicilia por los osos. La editorial Gadir publicó en España, para conmemorar el centenario del nacimiento del autor de El desierto de los tártaros, el libro Poema en viñetas, «novela gráfica, suerte de versión del mito de Orfeo y Erudice».
«El hecho es que me encuentro víctima de un cruel equívoco. Soy un pintor que, por hobby, durante un tiempo bastante prolongado, también ha sido escritor y periodista. El mundo cree, sin embargo, que es a la inversa, y mi pintura entonces no se puede tomar en serio», dijo.
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Juan Filloy
El mayúsculo escritor cordobés tenía incontables pasiones además de la escritura y el derecho. Una de ellas era el dibujo, que puede observarse en la muestra itinerante «Mis reos – Cosa juzgada». Inclusive, llegó a trabajar como caricaturista para La voz del interior: «Filloy transcurría su vida inmerso en la pasión del dibujo y de la caricatura antes que en la escritura», explica Ariel Liendo, a cargo de cuidar y hacer circular las obras gráficas del autor de Op Oloop, encontrada por los herederos en una caja en 2013. «Son dibujos de rostros y retratos, unos realizados al dorso o en los márgenes de radiografías de juicios (actuaciones notariales); otros, detrás de las cartas de menú del hotel donde vivía Filloy en Río Cuarto, también detrás de recortes de programas de teatro y de cine y en hojas de cuaderno», agrega.
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Jesse Ball
El joven escritor estadounidense dibujó hasta la portada de la edición argentina de Toque de queda (La bestia equilátera), y publica sus extraños animalitos hechos con tinta negra (parecería que dibuja con una lapicera de fibra) sobre papel tissue, servilletas u hojas escolares cuadriculadas en su cuenta de Twitter. Para algunos de sus dibujos escribe parlamentos o brevísimos textos aliciaenelpaísdelasmaravillasescos.
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Flannery O’Connor
Desde chica, la autora de Sangre sabia dibujaba viñetas, ilustraba con tinta sobre papel y hacía grabados sobre linóleo –además de criar aves de corral. La editora Fantagraphics editó su obra gráfica en el volumen Flannery O’Connor: The cartoons, en español por Nórdica como Tiras cómicas. Igual que Faulkner, trabajó como autora de viñetas durante sus años universitarios a principios de los 40. Aquí una galería en Babelia, donde se ven sus «toscos pero expresivos linograbados, en los que ya puede apreciarse el gusto por la sátira y lo grotesco que florecerá plenamente en sus dos obras maestras». El primero de los dos dibujos que aquí compartimos podría ir a parar a Twitter…
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Hilda Hilst
«¡Hilda Hilst también dibujaba!», nos aúlla en Twitter el periodista brasilero Duanne Ribeiro. Qué suerte que nos avisó, porque además están disponibles escaneos de sus cuadernos con sus anotaciones y garabatos aquí. La poeta, cronista y dramaturga, nacida en Sao Paulo dejó, además, una obra con más de 40 títulos.
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Jorge Luis Borges
En la colección especial de la Universidad de Notre Dame y en la Universidad de Virginia en Estados Unidos se conservan algunos de los dibujos de Borges. Bastante más logrados estos bailarines de tango que el famoso autorretrato laberíntico que hizo una vez a pedido de un barman y se subastó en Nueva York por cinco mil dólares.
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Bruno Schulz
El escritor, artista gráfico y crítico literario polaco también era pintor y dibujante: iba a estudiar en la facultad de Bellas Artes pero su familia lo desalentó y se pasó a Arquitectura, aunque después del estallido de la guerra mundial se mudaron a Viena y allí sí frecuentó la Academia de Bellas Artes. Años más tarde comenzó a dar clases de dibujo. Tradujo El proceso y escribió libros como Las tiendas de color canela y Sanatorio bajo la clepsidra. Aquí se pueden ver algunas de sus obras.
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Henry Miller
El autor de Primavera negra comenzó a interesarse por la pintura en 1920 en Nueva York, caminando con su amigo Emil Schnellock, quien era artista: «Se detuvieron frente a la vitrina de una galería donde estaba expuesta una obra de Turner , y papá quedó cautivado. Emil le prestó algunos pinceles y lo alentó a pintar» cuenta la hija del escritor en su página oficial, donde puede verse una galería de obras de Miller. Pintaba acuarelas y muchas fueron impresas como litografías; llegó a exponer en Estados Unidos, Japón y Europa. Miller también escribió varios libros sobre pintura, como Pintar es volver a amar o Pintá como te guste y morite feliz.
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Bonus track
Dos que no son, estrictamente, «escritores». Pero ¿quién podrá detenerme si los anoto en la lista de poetas?
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John Lennon
Garabatos livianos, casi infantiles: las delgadas líneas surrealistas de Lennon empezaron a ocupar sus hojas de chico, cuando dejaba de prestar atención en clase y se iba de viaje en su cabeza. Uno de esos dibujos, de hecho, fue a parar a la portada de Walls and bridges. John estudió en la Liverpool School of Arts entre 1957 y 1960. Dato: el edificio estaba pegado al Liverpool Institute for Boys, donde estudiaron Paul McCartney y George Harrison, que Paul compró hace años para fundar allí la LIPA (Liverpool Institute for Performing Arts). Cuando se enteró que estaba en venta el colegio de John, decidió comprarlo también y reunir los dos edificios de Liverpool, ambos sobre la Hope Street, para evitar que se convirtiera en un hotel. Miren al Sir, feliz, desde la ventana del lugar. El año pasado algunos dibujos de John se subastaron por casi tres millones de dólares. Hay otros que integran la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York, que formaran parte de Bag One, una serie compuesta por crónicas gráficas de su luna de miel con Yoko Ono –14 piezas fueron confiscadas en su primera exposición, por considerarse obscenas. John los dibujó como regalo de casamiento para ella.
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Luis Alberto Spinetta
A cargo del arte de Almendra, Spinetta contó que quisieron cambiarles la portada del disco en 1968: «Yo había hecho un original super laburado. Los tipos de la grabadora nos empezaron a bicicletear, diciendo que no sabían dónde estaba. Nosotros no íbamos a permitir que el disco saliera sin eso. Yo tenía el dibujo bien claro en mi cabeza, y me fui a casa y lo hice de nuevo». Se salió con la suya y la lágrima de mil años estará para siempre justo a punto de caer entre nosotros. En 1970, una serie de dibujos que ilustraban las canciones se publicó en la Revista Alquitrán. También hizo varios afiches (pueden verse los de Invisible) y dibujaba autos deportivos futuristas, diseños afilados con birome roja y azul. Llegó a enviar algunos de sus diseños a fábricas automotrices.
Después de leer el diario, a la mañana, Spinetta se ponía a dibujar. También le gustaba cocinar. «Me preservo haciendo cosas que no sean las que me consumen», dijo en una nota. En otra, a Julieta Mortatti: «Ese fuego que yo quiero en mi música, generalmente me rompe el alma».
¿Federico García Lorca?
Ya que estamos: Bob Dylan!
Qué interesante Post!!! por tuit les avisé de Mario Levrero 🙂
Muy bueno!
Hola:
Me ha encantado la entrada, la tenía enlazada una amiga en el fb y me parece genial. Sabía de los dibujos de Silvia Plath y otros, pero me ha encantado. Enhorabuena y un abrazo
Genial entrada. No sabía que el Sr. Kafka también dibujaba. Fascinante. Así como los grabados de la Flannery O’Connor. He leído mucho de su obra y la buenísima biografía sobre su vida por el autor Brad Gooch, y no sabía de sus esfuerzos visuales. Gracias por la información tan bien presentada.
geniales
Muy bueno!
En la revista Los Inútiles (de siempre) buscamos mostrar justamente la otra cara de los escritores, algo de eso se ve reflejado, por ejemplo, en el #2, Vida y obra de Alejandra Pizarnik, donde conviven Alejandra escritora con sus pinturas, dibujos, entre otras cosas.