Marcos Vieytes habla de Subjetiva de nadie (Entropía): «Ni la literatura ni el cine me explicaron lo inexplicable todavía, pero mucho de lo que yo creía inexplicable terminé por encontrarle o inventarme alguna explicación», dice.
Por Walter Lezcano. Foto: Gabriela Garciulo.
¿De qué está hecha la vida de un crítico? Subjetivas de nadie. (Fragmentos de un diario crítico), de Marcos Vieytes (Entropía), es un libro particular que exhibe algo complejo e íntimo: una política de la mirada. Pero también es el modo en el que una persona ve en las películas el vehículo perfecto al paraíso. Y, por supuesto, en esa zona de placer y hedonismo, el celuloide es una parte que se conecta con otros discursos: la poesía, la narración, la mitología personal y el ensayo, por ejemplo. Ver, leer y escribir parece ser la triada, conectada de modo ineludible, en la cual se apoya Vieytes para construir los textos de Subjetivas de nadie. Y a partir de ahí, escapa al cómodo lugar de crítico en un sentido parasitario, para ubicarse en el movedizo espacio de observador y explorador de todo aquello que detona una emoción.