De paso por Buenos Aires, el escritor guatemalteco Eduardo Halfon habla de su novela Monasterio (Libros del asteroide).
Por Patricio Zunini.
Dice Eduardo Halfon que su abuelo nunca habló del campo de concentración. Que decía que el número tatuado en su brazo era un número de telefóno. Dice que recién en 1998 o 1999, ya con los últimos resquicios de la memoria, comenzó un discurso caótico y sin cronología, que duró cinco horas. Dice que aquella tarde ambos se emborracharon y que adentro de ese discurso, el abuelo le contó una anécdota pequeña, la de un boxeador polaco, que fue en realidad quien le enseñó a sobrevivir. Dice que en la historia de ese boxeador estaba condensada toda la literatura del abuelo, que estuvo diez años para contar esa historia. Que no encontraba la manera, que tenía miedo. Y que desde entonces, dice, los cuentos de El boxeador polaco fueron pariendo —pariendo, así dice— sus siguientes libros.