«Nunca se da por cumplida la tarea del que escribe. Quedan siempre cabos sueltos, problemas irresueltos. Nunca se da en el clavo, en la tecla, no hay diapasón de la palabra que permita, como en la música, afinar, dar con la nota justa.»
Por Virginia Cosin.
Recuerdo sus cuadernos cuadriculados, sus negras tachaduras, sus peculiares símbolos tipográficos y su letra de insecto. En los atardeceres le gustaba salir a caminar por los arrabales de Nîmes; solía llevar consigo un cuaderno y hacer una alegre fogata. JLB
Como a un soldado al que las balas del enemigo alcanzaron, arrastro lo que me queda de vida a este bar de grandes ventanas por donde entra el sol del mediodía. Antes googlié: gripe, fatiga crónica y hasta fibromialgia. No encontré muchas diferencias entre los síntomas de una y otra dolencia y concluí que en realidad estoy aquejada por un mal abisal: pereza, melancolía, what ever.