Incluido en las conversaciones incluidas en La forma inicial. Conversaciones en Princeton (Eterna Cadencia Editora), en este pasaje Ricardo Piglia diserta sobre la relevancia de los comienzos de los relatos junto a los alumnos de Arcadio Díaz Quiñones en la Universidad de Princeton (Abril de 1998).
Por Ricardo Piglia.
¿Qué quiere decir tomar la palabra? Ese es un momento social siempre delicado y extraño. ¿Qué quiere decir pasar del silencio a la voz, qué quiere decir socialmente y qué tipo de protocolos son necesarios para que esa función sea posible?
Ese sería el punto. Entonces hay, a veces, maniobras dilatorias, postergaciones, partidas falsas, aprontes: prólogos, dedicatorias, epígrafes, marcos, el comienzo siempre parece remitir a una espera. Habría entonces una estrategia verbal ligada a la acción, al acto mismo de empezar a hablar, de modo que uno podría ver en ese punto del incipit, en el tropo del comienzo, la forma que toma en literatura el momento en que el sujeto va a hablar. Le agregaría a esto que yo veo el problema de los comienzos ligado al problema de los géneros, en el sentido de que los géneros me parece que son, por un lado, el marco, que es una de las fórmulas del comienzo de los textos y, por otro lado, una forma de conjugar la acción con la estabilidad.
Los géneros dicen en qué tiempo verbal se desarrolla el relato. Steiner ha dicho cosas muy interesantes sobre la tragedia y los orígenes de la lengua. Ciertas situaciones dramáticas cristalizan estados iniciales del lenguaje, cierto lugar de pasaje entre el acto y la palabra. Benjamin ha pensado también en esto, ha insistido sobre la importancia del silencio en la tragedia. Un marco sería, entonces, también un modo de referirse a la situación no verbal: “Estamos aquí alrededor de esta mesa, en una sala del piso B, en la Biblioteca de Princeton y vamos a conversar sobre literatura”. Establecemos el registro de discurso que vamos a usar y definimos la situación de enunciación y entonces podemos, quizás, empezar.
El marco, en cierto sentido, estabiliza la cuestión; tiene mucho que ver con el género que sería también una fórmula, un pacto, un modo de decir: “Bueno, vamos ahora a contar una historia de crímenes, vamos a contar una historia de terror”. Hay un saber previo –a esto me refiero– antes de leer, que siempre es un punto muy delicado en la discusión literaria. ¿Quién manipula el saber previo? Me parece que ese es un punto de discusión muy intenso en las poéticas y entre los escritores, por eso la guerra de los escritores contra los críticos, en el sentido de qué se va a saber de mi libro antes de que lo empiecen a leer y qué quiero yo que se sepa de ese libro antes de que lo empiecen a leer.
Entonces las condiciones previas, la primera frase, el encuadre, lo que se sabe del que va a hablar, el sobreentendido, lo que está implícito, todo eso constituye un debate muy intenso y me parece que por ahí pasan, a menudo, las confrontaciones críticas. No es tanto sobre el texto mismo, sino sobre el protocolo de lectura de ese texto, el uso que se les va a dar.
El comienzo toca todo este tipo de cuestiones, en qué dirección va a ir la lectura. Son sistemas de señales de tránsito, ¿no?, como las indicaciones de entrada y de salida de un freeway. Tiene que ver con el mapa, con la hoja de ruta. Me parece que la cuestión del comienzo tiene que ver con todo esto: ¿qué es lo que uno sabe antes de empezar y qué es lo que el texto puede construir para establecer rápidamente el registro dentro del cual va a funcionar, para no ser leído desviado?
Por ejemplo, para mí fue una decisión fuerte la de no poner el epílogo de Plata quemada como prólogo, que fue mi idea inicial. Porque, si yo lo pongo como prólogo, por supuesto que estoy enmarcando la lectura. Después está la cuestión de los modos y de los tiempos verbales, el tono y la velocidad de la marcha de un relato, digamos, y eso remite también al comienzo, a los comienzos. Pasar a la acción en el lenguaje, de eso trata el comienzo.
En cuanto a la experiencia práctica del comienzo, habitualmente no empiezo los libros por el principio, es lo que me ha sucedido. El único libro que empecé por el principio es Respiración artificial, en el que lo primero que escribí es lo primero que se lee; pero no me pasó eso en los otros libros, donde no necesariamente lo que está leído como comienzo es lo que yo escribí primero. Pero cuando uno dice cómo comienza un libro, para un escritor quiere decir cómo define el tono de la historia y cómo establece, implícitamente, el marco, es decir, el protocolo de lectura.
Eterna Cadencia, leyendo el libro de Piglia, noté que por ejemplo, el capítulo «Sobre la interpretación narrativa» es bastante diferente, en algunos apartados, del original de La Nación citado como fuente (por ejemplo, en la nota original de La Nación no está toda la reflexión sobre el cuento «El sur» de Borges del apartado 4, y hay un apartado sobre el bovarismo en el original -en la fuente periodística figura como apartado 10-, que no está en el libro)
Me interesaría saber si fueron intervenidos y corregidos todos los textos originales por el mismo Piglia para la publicación de este libro, o si en la mayoría de los casos se reproducen literalmente como en las fuentes citadas. Muchas gracias.