El autor de Guía para perderse en la ciudad comienza hoy su mes de curaduría en el blog. Presenta poemas de los libros Cerrado por derrumbe, Zonas de excavación y algunos inéditos de Guido Arroyo, poeta, como él, también chileno.
Por Víctor López Zumelzu.
La poesía de Guido Arroyo es porosa y piensa, se piensa en el deber de una reflexión filosófica actual; es decir, su escritura es un pensamiento que cuestiona las inmanencias ideológicas o estéticas de lo cotidiano. Al igual que Emmanuel Hocquard, la pregunta al leer su poesía no es otra que: ¿la lucha ideológica ahora no será otra cosa que una lucha estética? Desde ese lugar lingüístico, a veces tan proclive a la museificación de los relatos, a la velocidad del consumo, Arroyo construye una poética que no responde precisamente a los marcos narrativos de la estandarización cultural, tan en boga hoy en día, sino que pone en juegos elementos y discursos dispares que son parte de la tradición poética chilena y que nos hacen comprender el verdadero alcance de la poesía como una forma de pensamiento vivo y no como patrimonio.
De Plancton, inédito:
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Apuntes para un tratado de zoología
o señales de una incierta paternidad
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I.- Welcome Zoo
La retina de mi sobrino es invadida por un Papion drogado, que rasca su muslo como queriendo estar en otra parte. Está bien? Pregunta. Y respondo que no sé con una sinceridad filosa que lo desconcierta. Sufre, tío? Silencio.
Quisiera decirle que hace siglos ese animal era considerado una de las formas del dios Thot pero callo. Callo un rato largo mientras vemos pudúes, tapires y suricatas. Porque un tipo vestido de boy-scout insiste en enumerar anécdotas sobre animales, como si fuesen una bandada de primos que acampan en su patio.
Esta tarde será un archivo dudoso de su infancia, un paisaje repleto de polvo y barrotes. Nadie puede asegurar que en los años venideros recuerde esos cuerpos en mode cautiverio: la rapidez del Guepardo o la textura del Ñandú. Porque atraviesa el zoológico de la mano preguntando si los animales nacieron allí o los trajeron, si les gusta vivir encerrados. Entonces pienso que en este espectáculo natura deberían explicar que los animales no son lo que mi sobrino ahora puede ver: míseras mascotas encerradas, objetos que los malos narradores utilizan como metáforas de ética.
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II.- Acuario Zoo
Debería explicarle que el miedo nos lleva a domesticarlos. El miedo a imaginar que en cada raza hay una historia donde nuestra especie no figura, por ejemplo: el dios de las ballenas australes nació del aire salado y habita las rocas, tiene normas como no aparearse con delfines o respetar los corales como a él mismo. Pero las Orcas y los Cachalotes no creen en él y aseguran que su origen viene del plancton.
El debate está abierto, hay nudos en toda tragedia, pero lo único que une a las ballenas es el temor a los humanos que usan chaquetas verdes: Greenpeace, salvamos el medio ambiente. Ellos interfieren sus migraciones, tuercen las formas en que los ancianos de su especie deciden morir: como ofrenda para que los voraces pesqueros regresen en paz al puerto.
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III.- Antropodario Zoo
Salimos del zoológico. Me suelta
la mano y dibuja tristeza. Digo
juguemos a ser gatos (In memoriam
Beckett, mi ex gato). El sobrino
maúlla, recorre el parque
bambolea su cuerpo sutilmente.
Luego se acerca y me araña riendo.
Los visitantes nos miran
como un par de retrasados. Caen
las rejas del zoo, le digo
quizá ahora no entiendas,
pero escucha:
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IV.- Exit Zoo
José Miguel, se trata de mundos
más interesantes que el nuestro
no caben en el mapa del zoológico
que traes en tus manos, ni menos
en el libro de animales, que imbécil
te regalé el año pasado
cuando cumpliste cuatro, sobrino
se trata
de entender rápido que la única
política es abrazar la diferencia
espero no verte años después
utilizando a las mascotas para la depresión
o subiendo fotos de animales a una red social
como si existieran por sus gestos humanos
eso es estúpido, de seguro para ellos
somos una especie incomprensible
una raza de obreros, que sólo servimos,
para crear zoológicos
o campos de concentración.
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De Cerrado por derrumbe. 2008:
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Borroso autorretrato de bolsillo
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LA LIBRETA LO AGUANTA TODO
El recuerdo tal vez intimide/camino por Vergara en busca de una pieza de pensión/el espejo es una sombra empolvada que se triza/pensé que en ésta ciudad triangular no habrían calles de adoquines/como todos he venido a la capital para entender que la lluvia caída sobre adoquines es igual en todas partes/he venido a vaciar el bulto que contiene a la memoria/En Villavicencio he visto lluvias torrenciales que inundan la ciudad pero a los pocos minutos todo queda seco/esa es en realidad una locación realmaravillosa/en la Habana la lluvia torrencial inunda la ciudad pero ni los meses ni las firmas ni los gestos (que te pierdes cuando escuchas una plástica opereta) podrían devolver a su cauce esas olas que estallan candorosas/ellas forman el paisaje que fue y que será: difusa foto postal de techos rotos/El padre de mi padre trabajaba en una mina/si hubiese muerto por accidental derrumbe quizá tendría una vela para imaginar que existo: en el medioevo y escribo anónimamente apuntes para un diario de vida/el verdadero sueño es creer que la vida podría serlo/Aquí se llega temprano, aquí se paga por adelantado, aquí vive gente de bien, dice la dueña de la casa donde creo masticar aire sentado en la ventana/los pájaros que pasan en las tardes de domingo son distintos a los del viernes por la noche/la física cuántica permite afirmar que es poco probable que un hombre salte un edificio/si la música viene de los cables éste poema no es más que un código binario invisible/El padre de mi madre fue un próspero feriano, tenía siete puestos y cuatro amantes/si mi abuela no lo hubiere perdonado todo yo comería más frutas y verduras, y mi madre podría mirar a los ojos a mi abuela, sin sentir ese algo que se siente cuando miras y no hay tiempo ni ganas de dar explicaciones/Sartre estaba equivocado, jamás un texto podrá detener una bomba de Napalm/ni siquiera la imagen de una adolescente huesuda escapando del arrozal/Cuando pequeño me sorprendía que los gatos cayeran siempre parados/hoy me sorprende que limpien su pelaje con un poco de saliva/a veces recuerdo que mis primeros versos fueron: El universo que soy es tan complejo, que presenta una nebulosa desconfianza, los tuve que escribir en el colegio como tarea para la casa/para mí era más importante jugar fútbol/a veces pienso en los versos de Teiller: ni me conmueve estas líneas que escribo/he encontrado la nada en flippers y museos/o en algunos versos del arte poética de MacLeish: un poema no debe significar/Sino ser/O en algunos de Borges: Saber que nos perdemos como el río/y que los rostros pasan como el agua/y que los rostros pasan como el agua/quizá deba internarme un barco con rumbo incierto/una tirada de dados es más que el gesto de creer en el azar o el último libro de Mallarme/ha terminado mi peregrinaje por calle Vergara/se es silencio en el silencio porque al decirlo se rompe/ quizá nunca halle a alguien para compartirlo/…/Cuando la libreta se llene podré caminar en paz (no soy yo realmente quien escribe o sangra éstas líneas)/podré caminar hacia ninguna parte.
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De Zonas de Excavación, 2010
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Zonas de excavación (1)
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Las palabras que susurraba el río fueron traducidas.
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Poco importa la tonalidad de la memoria, ni los agujeros en la ropa
que refleja lo que dejamos de ser
en los partidos de fútbol
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una mañana de lluvia ni siquiera el profe llegó a Parque Saval/ pero jugamos
hasta llenar de barro los calzoncillos/ y quedar/ con los pómulos azulados
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nadie se quitó los toperoles/ el piso de la micro se estremecía como tarro
es cierto que no sabíamos pedir dinero/ ni escribir una épica/ o conjugar migajas
con experiencias de muerte
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entonces por qué
sigues allí
metido/ entre la noche y la niebla me dirías.
Y yo ahora debiera
tachar los recuerdos/ alzar la vista/ responderte:
no importa
el género de la voz
sino las gotas de lluvia que cayeron en ese partido
a
porque el sexo de nuestra memoria es femenino
y está plagado de edificios/ en cambio
aquel río fue masculino/ pero ahora está repleto de botellas
repleto de ceniza y metales letrados
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p.d: El personaje que esto inscribe ahora dice: (ahora no/ ahora abre las ventanas
de un departamento de piso veinte para oír algo de música)
p.d 2: No el viento.
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