Última entrega de la serie de poesía chilena reciente que curó el autor de Los surfistas: se despide con textos de Rolando Martínez.
Por Víctor López Zumelzu. Foto de Freddy Müller.
Son las 10:35 de la mañana y estoy viendo por youtube un vídeo de Haddaway cantando «What is love», canción que sonaba en las radios a principios de los 90. No sé muy bien cuándo terminó la moda electrónica europea, y menos cuándo terminaron los 90, si alguna vez terminaron. El futuro siempre parece estar demasiado cerca. Tanto así que no sé muy bien si esto que estoy escribiendo lo estoy escribiendo ahora o es un recuerdo de algo que ya escribí en el futuro (perdón, el teclado de la computadora es hambriento y veloz). En una época donde la experiencia del tiempo ya no está relacionada con la promesa de futuro sino más bien con el archivo, con el revival, con las camisetas retros de Atari o Nintendo, con la estética geométrica de los cubos Rubix, con los peinados escarmenados, donde adultos que bordean los 40 andan por las calles en patinetas recreando una infancia inexistente -y por eso mismo ideal-, en un tiempo en que se idolatra e inclusive se imita el sonido anterior y fantasmal del vinilo, así mismo en pintura y en poesía todos los lugares discursivos y estéticas parecen ser posibles, desde las abstracciones geométricas a los realismos figurativos, desde los paisajes bucólicos costumbristas al Bad Painting, desde los sonetos en alejandrinos al exceso barroco. Todo vale en este pantano que significa la contemporaneidad.
En este lugar de desconcierto y extrañeza que nos ofrece la creación actual se encuentra la poesía de Rolando Martínez y, en especial, este libro: Las Yeguas del Kilimanjaro. Libro raro, anacrónico, donde las imágenes fantasmales de actrices porno ochenteras se mezclan con un archivo personal de cosas mínimas, olvidadas, sustraídas muchas veces de la circulación, la moda, un archivo de pasiones y de ritos privados que parecen alejarse de la simple actividad estética y discursiva para adentrarse en zonas de una vitalidad actual. El escritor de ciencia ficción William Gibson nos plantea que después del nacimiento de Internet “todas las épocas parecen existir a la vez” y Rolando en este libro genial desde un punto de vista conceptual se pregunta una y otra vez: ¿cómo dar cuenta de esta aceleración exponencial de los cambios en una época de fantasmas, en una época de tiempo sin tiempo?
a
GINGER LYNN
<<Los que tenían VHS sabían quién era Ginger Lynn>>
Ginger Lynn
a
mil novecientos ochenta y tres
-el año del cerdo-
ella dijo:
si puedo hacerlo con ron jeremy
puedo hacer cualquier cosa en el planeta
ese año en que el papa juan pablo segundo
/ respiró la sed del continente nuevo
dios mío
ella enseñó sus pies desnudos
/ en surrender in paradise
ella lo hizo con tom byron jerry butler
/ y un lechero peter north
(mientras moría karen carpenter
o aparecía nintendo
ella escribía en el vacío
/ con un par de águilas azules)
ella se estrujó la vaina frente al globo
cuando lucas estrenaba el regreso del jedi
(quede claro:
ninguno de nosotros fue ungido
/ con sus huesos en las calles
empero la niñez y la miseria
vivíamos asiduos a la luz de su vagina:
ay dios / sus genitales
virutas del color del fin del mundo)
cuando ella trepó
la humilde montaña rusa de eric edwadrs
john mcenroe se coronó
/ campeón de wimbledon
y el hambre se empozaba como el chancro
/ en los villorrios etíopes
mientras slumber party llegó
a estacionarse en las vitrinas de los video clubs
we are the world cantaba michael jackson
para entonces el mundo daba giros rebeldes
/ del tamaño de la verga de john holmes
mas luego vino la mano de dios / chernobyl
una minuta de los días
mil novecientos ochenta y seis
terremoto en la ciudad de san salvador
ginger lynn abandonó el cine porno
/ mientras el challenger se atomizaba
y yo ascendía al morro de la ciudad junto a mis padres
esperando el paso del cometa halley
a
MARILYN CHAMBERS
1
nada más tierno que esa fotografía
/ de marilyn chambers
posando en la azotea de un edificio
con una flor a la altura de su hombro derecho
nótese la imagen está en blanco & negro
analogía perfecta de quien fuese protagonista
de la primera escena interracial
/ del cine triple equis
(en diagonal a su rodilla
puede verse un letrero que dice porno films
mientras la calle retrata
una larga sucesión de obreros
/ y empleados públicos
/ que vuelven del trabajo
y que transmiten la erosión de su rutina
como una esférica y romántica versión
de la pobreza)
a simple vista nadie pensaría
/ que esa tierna rubia
—cubierta sólo
de una pulcra toallita blanca—
alguna vez
recibiera en su interior la tranca
/ del bien dotado johnny keyes
pero es en esta imagen seráfica o sublime
donde aflora el rigor
con que el espacio
/ se hace dueño de las cosas:
la luz de toda una galaxia
es capaz de penetrar
/ la escasa forma de un televisor
(como todo el ruido de una gran ciudad
irrumpiendo como pez en nuestras córneas)
a
2
cosas que no sabemos
de una muchacha
que alguna vez
hizo porno:
debutó
en la gatita y el búho
película convencional
(como el mago de oz
como top gun
como cocodrilo dundee
como rabid)
fue la imagen
el rostro
la luz
de la conocida marca de detergentes
ivory snow
intentó abrirse camino en el mercado musical
grabando un disco titulado
benihana
hizo carrera política
en el partido personal
choice party
sin saber
procuró eyecciones
entre seres incapaces de ponerse duros
inspiró un poema
titulado con su nombre
(cuando en el cielo hubo millones
de galaxias
y grafemas)
a
CANDIE EVANS
1
mil novecientos ochenta y nueve
el verano nunca fue otra cosa
/ que su cuerpo desnudo en el televisor
sol mediante mancebo erecto y al acecho de sus poros
/ luminosos
su rostro que en otro lenguaje parecía decir:
ok / muchacho
escribirás para mí
aprendí del hambre reflectada
/ al fondo de sus piernas de aluminio
un poema de tu fu
(la tráquea de cela emanando fuego
/ espeso sobre el horizonte)
porque al fin y al cabo su sexo
/ fue también literatura:
la sensación térmica de un frío
/ que obnubilado redacta su muerte
/ en la canícula
porque delante de mí estaban
/ sus pechos como balas que rozaron la boca
su lengua como un peligroso papiro
en el cual sigo sediento
a
2
ella dijo:
muchacho
esto es la poesía:
la forma del semen tibio por encima del vientre
el movimiento en low motion de mis nalgas
/ cuando en ellas cae el peso de la anatomía ajena
a
3
el tiempo mudo no suele manifestar objeciones
sin embargo hasta hoy arden los pájaros
sobre su carne que es un jardín
/ donde echarse a imaginar palabras
/ en las nubes torpes del verano:
lo dice el hálito de espuma que deviene
/ de sus cavidades:
candie evans en escena escribía
/ poemas
y yo en estos versos tan sólo
/ una fugaz pornografía
a
KAY PARKER
1
desde su creación
al mundo le bastaron cuatro mil
/ millones de años para verla debutar
/ en un salón de cine triple equis
(la configuración de la especie
/ humana nunca imaginó
a un personaje que con casi cuatro
/ décadas en el torrente
podía flexionar el escondrijo
con la soltura de una rama de cerezo)
a los treinta y dos años
/ kay parker dijo sí al mundillo
/ y al cougar
(eso que en el argot del inglés significa
/ elige a un tipo cinco años menor y fóllalo)
a los treinta y dos años rodó the hot one
entre tanto quienes luego vimos
/ desfilar sus huesos en el celuloide
añoramos su cariño:
el ruido generoso de sus muecas
para muchos
su rostro es un trazo de cal en el globo
(una fogosa milf
a quien recordaremos por haber
/ despabilado a su vulgar retoño)
a
2
kay parker
la que fuera de libreto
disfrutó el olor al yugo fresco
cuando sobre el lecho del placer
resaltaban venenosas las estrellas
kay parker
quien recostada en la humedad
fumó desnuda y despachó una carcajada
(y el aliento que dejó fue también
como una mancha de calor en el vacío)
kay parker
la madre que no nos parió
(y que sin embargo nos brindó su oscuridad):
una constelación de espejos sucios
una escena de gastadas contorsiones
a los treinta y dos años
el otoño penaba en sus tripas
/ y en sus manos
aun así / su luz sembró la sed
y la sed:
este poema desde donde surgen
/ como estruendo sus temblores
a
3
(oración por los hijos de kay parker)
kay parker
llena eres de lámparas
(como aquellos matapiojos que se escapan
/ del cadáver de una vieja y ya
/ descontinuada calavera)
la memoria tuya sea la memoria
contigo esté el relevo de los días
/ y sus artefactos
bendita seas entre tantas felatrices
y en extremo bendito el nombre
/ de barbara scott:
la madre de nosotros pecadores
ahora y en la hora de nuestros
/ inundados sueños:
amén
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