La brasileña Ana Paula Maia habla de su novela De ganados y de hombres (Eterna Cadencia Editora).
Por Patricio Zunini en colaboración de Cristian De Nápoli.
Foto: Marcelo Correa.
Además de la novela De ganados y de hombres, traducida por Cristian de Nápoli (traducción muy recomendada por Damián Tabarovsky), hay en español un cuento de Ana Paula Maia disponible en la revista Orsai: “Carbón animal”, se llama. En el cuento subsiste el tono sobrio e impasible ( Daniel Gigena dixit). En ese cuento, el bombero Ernesto Wesley es el encargado de usar el cortafierros en los accidentes. Tiene una enfermedad que lo insensibiliza y por eso no sufre con las quemaduras. Wesley, o mejor Ernesto Wesley porque Ana Paula Maia lo llama siempre con su nombre completo, señala que la única manera de reconocer un cuerpo carbonizado es por los dientes: «El mejor consejo», dice, «es que cada quien cuide sus dientes más que su dignidad, porque la dignidad no dirá quién sos, o mejor dicho, quien fuiste. La profesión, el dinero, los documentos, la memoria y los amores no sirven tampoco de mucho. Si tu cuerpo está carbonizado, solamente los dientes van a contar tu historia. Los que no tienen dientes no llegan ni a miserables.»