Facundo Gerez habla de Samsara (Eterna Cadencia Editora), que se presenta mañana a las 19 en la librería. “Samsara puede ser leída como una novela conceptual”, dice.
Por Patricio Zunini.
“Quería escribir el viaje de una pareja joven en crisis”, dice Facundo Gerez sobre Samsara, ópera prima que este mes publicó Eterna Cadencia Editora. El samsara es, según el hinduismo, el ciclo de nacimiento, vida, muerte y encarnación, que concluye al alcanzar la iluminación del nirvana. La palabra samsara no se dice nunca en la novela, pero es la tónica que marca la narración. “Puede dar la impresión de que no pasa nada”, dice Gerez, “pero hay tensiones subterráneas que explotan después de terminar la novela”.
Es un fin de semana. Manuel y Clara viajan a Carhué a visitar la familia de ella: los tíos, la abuela, a quienes él hasta entonces no conoce. Con una narración en tiempo presente y muy visual como una roadmovie, Manuel es un ojo que todo lo mira y controla —incluso la respiración de ella mientras duerme en el asiento del acompañante— y, con una obsesión casi perequiana, hace listas de lo que ve: «Las vacas y los toros se amontonan en las sombras que proyectan los carteles metálicos, montados sobre vigas de hierro, que promocionan hoteles, campings, maquinaria agrícola, municipios, políticos, fertilizantes, empresas automotrices y multinacionales productoras de alimentos».