Elvio Gandolfo compiló en La mujer de mi vida (Letra Sudaca) las columnas que escribió en la revista homónima y pueden leerse como una autobiografía del lector. Brillante, ocurrente, profundo, Gandolfo trata a la literatura con astucia y sin reverencia. Y deja preguntas que exigen respuestas. Publicamos aquí el artículo de abril de 2007.
Por Elvio Gandolfo.
Hay un momento en que uno odia la computadora: cuando empieza a conectarse con Internet, y la barra azul al pie de la pantalla avanza con una lentitud mortal, milésima de milímetro a milésima de milímetro. Muchas veces eso termina en que el contacto con el sitio elegido se interrumpe con cualquiera de esos carteles medio incomprensibles y superfrustrantes del aparato, que incluyen posibilidades de resolver el trancazo que rara vez funcionan.
Algo parecido me pasa con muchas de las novelas largas que he tratado de leer últimamente. Eso me puso a pensar en un capítulo de ese diario o autobiografía que nunca escribí. El capítulo sobre el tema se titularía: «Libros largos que leí (y otros que no)». Cuando hago la cuenta, la cantidad de libros largos que empecé y no terminé es muy superior en los últimos quince años, digamos.