¿Hasta dónde ir, cuánto contar, qué secretos propios o ajenos revelar para lograr que un texto brille y esté vivo? El escritor y su universo de experiencias y venganzas.
Por Virginia Cosin.
«Bueno, Nathan, no puede decirse que te hayas dejado nada en el tintero», le reprocha el padre de Nathan Zuckerman a su hijo, en la novela de Philip Roth La visita al maestro. Nathan es un joven escritor que publicó solamente un cuento en una revista universitaria. Un cuento lo suficientemente bueno como para llamar la atención del mundillo académico y, mejor aún, como para ser recibido como huésped en la casa del eminentísimo y consagrado escritor E. I. Lonoff, autor de títulos tales como “La vida es un fastidio”, entre muchos otros. Después de tomar el té, de conversar sobre literatura y de conocer a su joven secretaria, Zuckerman se queda solo en el estudio del maestro donde curiosea, no sin culpa, los papeles en los que ha tomado notas para la novela en la que su anfitrión está trabajando. Después se recuesta y comienza a recordar.