Por P.Z.
Sobre Los Encubridores,
de Muriel Spark
¡Pero che, tanto escándalo por una chinita!
Desde la contratapa el Wall Street Journal amenaza: “este libro lo hará reír en voz alta”. Es bueno saber que no es así, no se avanza más allá de la sonrisa. Esto no se debe a que sea un libro sin humor, muy por el contrario. Pero el humor que desarrolla es irónico, velado, sutil. La clase de humor con el que solemos referirnos cuando decimos “humor inglés”. La sonrisa, en todo caso, es una sonrisa maliciosa.
II
Noviembre de 1974. Lord Lucan intenta matar a su mujer. La espera oculto en sótano de la mansión y cuando ella baja, la ataca. Pero la oscuridad lo confunde y asesina a Sandra Rivett, la niñera de sus hijos. Lucan se fuga y ya nadie jamás logra dar con su paradero. Algunos afirman haberlo visto en Europa, en México, en Nueva Zelanda, pero no pasan de rumores y habladurías.
Veinticinco años después, un hombre entra en el consultorio de la psicóloga Hildegard Wolf:
– ¿Qué puedo hacer por usted?
– Primero debo informarle que la policía me busca por dos cargos: asesinato e intento de asesinato. Me han buscado por más de veinte años. Soy el desaparecido lord Lucan.
Hildegard se quedó helada. En ese momento trataba a otro paciente que afirmaba, de manera convincente, ser el fugitivo lord Lucan. Sospechó que se trataba de una confabulación.
¿Qué buscan esos hombres allí? ¿Por qué confabulan contra de la respetadísima Dra. Wolf? Y más: ¿Cómo consiguió el verdadero Lucan escapar de la justicia? Y más aún: ¿Qué importancia tiene para un Lord el asesinato de una criada?
III
Muriel Spark parte de aquel hecho real, el asesinato de Sandra Rivett y la fuga de Lord Lucan, y desovilla una crítica social con estructura de comedia de enredos, enmarcada por el humor negro –o, mejor dicho, el humor inglés–.
Abunda en guiños intelectuales, para muestra un botón: el verdadero nombre de Wolf es Pappenheim, como Berta Pappenheim, la famosa paciente de Freud. Una historia que seduce por el estilo, por una traducción que, intuimos, la trata con respeto, y por un fascinante consultorio psicológico (cualquier argentino se deja atrapar fácilmente por una historia que tenga a un psicólogo como protagonista).
La editorial La Bestia Equilátera estrena catálogo con Los Encubridores (junto a otro bellísimo libro de Luis Chitarroni del que hablaremos en otra ocasión) y promete el lanzamiento de un segundo título de la inglesa: Memento Mori. Desde aquí lo esperamos ansiosos.
PZ es P.Z. de Hablando del asunto?
Perdón Patricio, la frase que usás como cita al comienzo… ¿no era la que murmuraban las señoras de Catamarca a la hora del té, cuando se referían a María Soledad?
Parecido: la dijo un patrón salteño cuando lo denunciaron por llevarse a un hotel a una nena de ocho años haciendo uso del derecho de pernada.
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